H e mirado el despertar del alba
I ntensas mañanas de sol y rocío
J amás negaran su luz a las almas
O h atalayas de paz y esperanza!
S on como mis hijos, mis hijos queridos!
A sí de dulces, así de niños…
M ientras ellos juegan sin prisa ni tiempo
A mantes y maestros, son mis hijos...
D erraman sus ojos deleites y sueños…
O jos de miel y de eternos recuerdos
S on mis amores, estrellas del cielo…
L es miro sus ojos, reflejos de sol,
U mbrales de fe y esperanza…
C uan pequeños, cuanto amor!
C omo luceros cargados de son
A sí de bellos, piedritas de esmeraldas!
Ya crecieron tanto! Y son tan pequeños!
M añanitas de verano, también de primavera
A sí son ellos, mis pétalos de flor
T errones de azúcar, nubes en la arena
E llos inspiran la luz de las estrellas
O h! Mis hijos, mi cielo y mi canción!
Deja que tus versos vuelen, déjalos volar, déjalos ir, déjalos buscar un corazón donde morar. Déjalos perderse en el ocaso de tus noches, y regresar por la mañana al despertar el alba. Éstos son los arpegios de un alma con ansias de gritar, con ansias de amar; permítele cantarte al oído su canción, y descubrir el compás de una vida saturada de pasión sin medida!
domingo, 19 de septiembre de 2010
HERMANOS
H oy te doy gracias por estos bellos años
E n sombra y en luz, tan cerca y tan distantes
R íos de lágrimas como diamantes
M ueren cuando me ofreces tu abrazo
A veces de lejos, extraño tu presencia
N egándote que me veas quebrantado!!
O h parte de mi alma, y de mis años!!
S obre todo amigo, sobre todo hermano!!
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